18 de Junio del 2016.
Hoy te mudaste. Ya no vives a mi lado. Después de tres meses de tu traición, tu familia ha decidido abandonar esa casa y pasar a otra. Te extrañare, no puedo negarlo. Porque aunque me hayas traicionado y lo hayas preferido a él, yo te amé como a ninguna. Y sé que nadie te amará jamás como yo lo hice, ¿ y sabes por qué? Porque nadie pierde dos años de su vida estando tras una persona que no vale la pena. Y aún así, yo lo hice. El día que descubrí que me eras infiel... No quería aceptarlo, pues llegue a pensar que eras diferente a las demás, pero resultó ser que no, resultaste ser igual de prostituta, porque de tu "reputación", tu eres las primeras seis letras de esa palabra.
Tantos sentimientos encontrados.. Impotencia, apatía, desilusión, melancolía, odio, etc. Y no poder expresar ninguna, no por el hecho de no poder, sino porque hay una barrera invisible entre tú y yo; y se llama destino. Es una barrera que muchos tratan de evitar, otros tratan de traspasarla en vano, y otros, como yo, que se estrellan de frente con ella.
Sin embargo, te deseo lo mejor, mi objetivo siempre ha sido que seas feliz, y si eres feliz con otra persona, que así sea. No te rogaré, ni te llorare, pues por ti, no me quedan más lágrimas para derramar. Ya sufrí lo que tenía que sufrir por ti. Navega en un barco unilateral por el mar de mis lágrimas y naufraga en el océano de mi eterno sufrimiento.
No buscaré puertas abiertas donde están selladas con algoritmos indescifrables. Si alguien quiere conocer mis demonios, que viva conmigo en el infierno. Porque el Tártaro no aceptará mas almas condenadas sin haber derrotado a Cancerbero. Ni tampoco entraré en laberintos unilineales que me conlleven a una trampa donde esté el minotauro asechandome.
¡Que impotencia siento al no tenerte entre mis brazos! Cuando fui yo quien te enseñó a caminar sobre el sendero del amor, cuando fui yo quien abrió tus labios para decir "Te Amo", cuando fui yo quien te enseñó a valorar los pequeños momentos, porque son los que jamas olvidarás, y los únicos que quedarán. Pero si tus labios le pertenecen a él, entiendo.
Que imbécil fui al esperar reciprocidad por tu parte, porque mientras yo besaba tu mano, alguien más ya estaba besando tus labios. Siento frío, y ya no puedo agarrar tus manos para calentarme. Te sigo buscando en el doble techo de mi corazón bajo una tormenta diluvial eterna.
Por siempre y hasta nunca, Yosei-San, te amaré hasta que el fin de los tiempos llegue y te vea correr a mis brazos. Te Amo. Te Amo. Te Amo.
-Dayana Fonseca-