jueves, 27 de abril de 2017

Tres Catorce 303

Era un a noche acalorada, mi cuerpo estaba tenso, pero al llegar a mi casa me relajé un poco y mientras hacía algo de chocolate para culminar con mi rutina e irme a descansar. Encendí el WiFi de mi celular para que llegaran los mensajes de las personas con quienes siempre hablo, notificaciones de Facebook y una que otra de Twitter. Me senté en una silla de madera de abeto junto a la sala para revisar mi móvil; pero extrañamente no encontré nada de lo que esperaba, ni notificaciones de mis redes, ni e-mails. Solamente tenía un mensaje en Whatsapp de un número que creía desconocido. Éste apareció en mi barra de notificaciones con un mensaje poco común: "Hola". Pero no era cualquier tipo de "hola". era esa clase de hola que te hace temblar el corazón, las manos, el cuerpo. Esa clase de hola que no sabes si quieres responder, o dejarlo ahí, y que se desvanezca en una papelera de mensajes olvidados.

Abrí extrañado la aplicación y vi que era el único mensaje que tenía de todas mis conversaciones, pero cuando vi la foto de aquél número que no lograba identificar... La vi a Ella. Tenía un hermoso vestido rosado con figuritas negras que le cubría poco más de las rodillas, y junto a ella.... Estaba Él.
Su novio. Llevaba un traje de paño gris licrado con una camisa abotonada, en la fotografía, él la abrazaba sobre el cuello. habían otras personas en la foto, pero solo reconocí a la mejor amiga.

Cuando vi este panorama miles de recuerdos y sentimientos volvieron a mi. Porque ya no era solo un sueño, estaba pasando. Cerré el puño de mi mano derecha con fuerza, y arroje el celular. Ni siquiera pensé en el chocolate que ya estaba evaporándose o en el mensaje, sólo subí a mi cuarto en el tercer piso de mi casa, prácticamente arrastrando conmigo las escaleras y haciendo un ruido estrepitoso, lo hice con desesperación, miré mi cama con mis ojos aguados, me arrojé sobre ella y lloré. ¿Por qué me hace eso? Acaso hice algo mal yo? Ya la estaba superando y.. aparece tan de repente escribiéndome con tal naturalidad como si fuéramos amigos de toda la vida... o, más bien, como si fuéramos amigos. 

Luego de un rato plañendo me armé de valor, baje a donde había arrojado el móvil. Estaba despedazado, así que lo arme, le puse la batería, la tapa y lo encendí. Abrí su chat... Y.... le respondí.


~Continuará~

domingo, 16 de abril de 2017

Morfeo, juega con mis sueños.

Ayer terminé con mi novia. Pero, ¿sabes que es lo que me tiene mal? Qué no llore por ella, casi diría que fui indiferente ante este hecho. A diferencia de contigo, que llore por mucho tiempo lagrimas amargas de dolor en un valle infinito azul.

Tuve un sueño. ¡Y adivina con quién era! Así es, contigo. No recuerdo muy bien qué pasaba... Solo recuerdo que estabas acostada en una cama y me decías: "ven, acuéstate conmigo". Y yo te hacía caso, me hacía a tu lado y te abrazaba, rodeaba tu espalda completamente con mis brazos, como padre a hija. Y suspiré. Liberé como.. esas ganas que tenía de volver a estar junto a ti de ese modo... Me sentí tan bien. Pero hubo un momento en el que me dijiste: "Bésame, pero no en la boca". Y, fue como que mis ojos se iluminaron, mis pupilas se dilataron... Fue tan satisfactorio poder besar tus mejillas lentamente.. no era necesario besar tus labios para alcanzar una felicidad finita. Era suficiente con poder rozar tus pómulos morenos con mi boca, te miraba con cariño. Y dormimos, abrazados...

Luego, desperté. Y mi alma entristeció profundamente, mi corazón se encogió y se arrimó en el rincón de los olvidos. ¿Por qué me haces esto? Por qué no simplemente desapareces ya de mi mente, eh? Acaso no ves que me duele? Qué está matandome por dentro? O si vas a aparecer en mis sueños aparece también en mi vida, con tu sonrisa característica y tus hermosos ojos negros. ¡O aún mejor! Deja que duerma eternamente soñando contigo... Te lo pido, Morfeo, mátame con una sobredosis de sus caricias, aunque sean falsas. Prefiero morir soñando con sus caricias, que vivir sin ellas.

La simple verdad es que te extraño 😕 y que te necesito, y detesto hacerlo. Porque sé, que no merezco tu amor.