No es justo.
Yosei-San, A ti, A ti ya te había olvidado. Por ti ya no existe sentimiento de atracción alguno. Sin embargo, no dejas descansar mi mente. La materia gris de mi cerebro no quiere cerrar esa puerta de madera húmeda y férrea de recuerdos obsoletos.
Dicen que los sueños son los deseos del alma encerrada. Bueno, creo que tienen razón.
Estábamos en tu casa, ya ni recuerdo qué era aquello que hacíamos, pero yo estaba sonriendo, pues estabas en frente mío, con esa media sonrisa tan presuntuosa que siempre has tenido, esos labios carnosos morenos mirándome fijamente. Pero solamente media parte de mi cuerpo estaba en ese sueño nauceabundo, pues la otra mitad, sabía que había algo que no encajaba. ¿Qué hacías tú en frente mío, mirándome como si me quisieras, cuando yo sabía que no era así?
La respuesta a esa pregunta pretendía obtenerla de tu boca. Te pregunté extrañado: ¿Dónde está él?.
Te acercaste a mi, agarraste mi cabeza y la pusiste en tu pecho, y mientras me acariciabas me respondías con otra interrogante; "¿Quién?".
Yo fruncí el ceño, me levanté y mirando a tus grandes ojos oscuros te dije: "Tu Novio, ¿Donde está?". Tú sonreías, burlándote de mi. Cómo cuando un niño pequeño dice alguna tontería que para él es real pero tú sabes que no es así.
Volviste a coger mi cabeza y volviste A acariciarme. Yo estaba confundido, sin embargo, me sentía feliz. Solo estábamos tu y yo. En un sofá. Mi corazón latía lento y me perdía en tu pecho. Te pregunté una tercera vez: "¿Qué Quieres? Por qué me haces ésto? Sabes que duele?".
Y por fin, dijiste: "Nico, Solo bésame, y deja de hablar. O se nos acabará el tiempo". Acto seguido me besaste.
Desperté y. . . Ya no quería hacer más preguntas. Solo quería que volvieras. "Prometo no preguntar nada más, lo juro. Pero vuelve. . .". Decía con ganas de llorar y un poco de morir.
No te he hecho nada, no te até A nada. Así que por favor, sal de mi mente. Y déjame libre. Ve con él y déjame A mi contar mis historias A los juglares y bufones para que se las canten a los reyes y patriarcas, y así, mientras beben vino y comen pan. Se rían de la miseria de la vida de alguien más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario