Cada vez que veo su bello rostro suspiro. Mi corazón le pertenece y mis pensamientos también. ¡Alguien que me saque de mis sueños! Para que ella se convierta en mi realidad. Hablas, suspiro. Sonríes, suspiro. Befas, suspiro. Me miras con tus ojos de miel, suspiro. Toco tu piel canela, suspiro. Algún día dejaré de hacerlo, pero espero que ese día mis suspiros se conviertan en besos de amor, aquellos besos que hace tanto tiempo tengo reservado para tus labios. Esos labios que deseo. Tal vez hoy quiera alejarme de ti. Pero estoy seguro de que mañana estaré frente a tu casa, gritando de nuevo "Princesa! Sal! Que mi alma te necesita!" aunque no seamos nada, aunque no te importe, aunque no me quieras.
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